17/08/2012 Está en Trieste y Chiclana, en el límite entre los barrios Santa Angela y Lamadrid. Denuncian que, aunque la Comuna lo limpia cada cinco o seis meses, se vuelve a formar.
Los vecinos de los barrios Santa Angela y Lamadrid, en la localidad de La Unión, aseguran estar cansados. Es que, según denuncian, desde hace dos años conviven con un basural crónico, ubicado en las calles Trieste y Chiclana (en el límite geográfico de los dos barrios), que no logran erradicar. Sucede que, aunque la Comuna de Ezeiza lo limpia “cada cinco o seis meses”, el basural vuelve a producirse por la desidia de los propios vecinos, sumada a la de algunos de “otros barrios”. Como contrapartida, le piden al Municipio que sanee el lugar y lo parquice.
“Hace un par de años que se arma el basural de deshechos y animales muertos que arrojan algunos vecinos de cuadras cercanas y gente de otro lado. Personal municipal se acerca cada 5 o 6 meses con máquinas, a veces hacen un pozo y tapan la basura, otras veces la mezclan con tierra y la disimulan y otras veces la llevan, pero pasan un par de semanas y se arma el basural otra vez”, cuenta el vecino Fabián Cañete, y agrega: “Del lado de la calle Trieste hay una enorme zanja tipo arroyo por donde corre mucha agua, más que nada cuando llueve. Esta también está llena de basura: colchones, animales muertos, entre otras cosas. Es todo un foco infeccioso y un criadero de ratas. Los perros deambulan por ahí y después entran a los hogares”.
El basural se ubica en un terreno abandonado por donde circulaba el ferrocarril que unía Gonzalez Catán con La Plata y que fue clausurado hace 20 años por el gobierno menemista. Es un gran lote, de unos 300 por 150 metros, que los pibes del barrio utilizan para jugar. “Tenemos muchos chicos en el barrio que juegan en el campito, incluso aún practican el remontar barriletes en temporada”, asegura Cañete, que añade que la situación se complica más aún cuando llueve: “Las calles son de tierra, entonces cuando llueve se arma un gran lodazal, una imagen dantesca de mugre”.
Como solución definitiva, los vecinos le reclaman a la Comuna que “limpie en profundidad el lugar, el zanjón, lo entube, alise todo el terreno y lo parquice para que los niños del barrio y los adultos tengamos un ámbito de esparcimiento limpio y agradable, con canchas deportivas, juegos, mesas, bancos, arboleda”, describe Cañete. “Como primera medida que coloquen contenedores en el lugar. Los vecinos vamos a colaborar en una campaña con profesionales del ambientalismo que se acerquen. Queremos también que se haga un relevamiento de la situación socioeconómica de las familias y los niños del barrio y que se atienda sus necesidades de toda índole”, exige.
